Los gatos tienen un paladar muy selectivo, y a diferencia de los perros no reciben cualquier comida, sin embargo tienen bajo nivel de papilas gustativas, teniendo 475, a diferencia del perro que tiene 1700 y el humano que tiene 9000. El sentido del gusto de los gatos es similar al de otras especies, detectan sabores ácidos, amargos y salados, pero, a los gatos les gusta el dulce?
Un estudio determino que los gatos y todos los felinos carecen de un gen esencial en la codificacion de los receptores del azúcar. El gen Tas 1 r es deficiente y esto impide la detección del sabor dulce, por lo tanto a los gatos ni les gusta ni les desagrada el sabor dulce, simplemente no lo detectan.
La investigación fue realizada por científicos del Centro Monell de Sensaciones Químicas de Filadelfia y el Centro Waltham para Nutrición de Mascotas de Gran Bretaña.
La investigación consto de extraer el ADN de los gatos y examinaron el gen para el receptor de lo dulce, que consta de dos proteínas ubicadas en la superficie de las células de las papilas gustativas. Cuando el azúcar hace contacto con el receptor, se envía una señal al interior de la célula y luego al cerebro. Se halló que el gen para una de las proteínas del receptor —la T1R2— es defectuosa. El mismo defecto genético se encontró en el ADN de un león y un leopardo.
Los gatos no solo carecen del gen que les permite degustar lo dulce, también de la capacidad de digerir azúcares, debido a que no cuentan con las enzimas necesarias para metabolizar los carbohidratos y controlar los niveles de glucosa en su organismo.
Si tienes un gato en casa y ves que el dulce no llama su atención, ahora ya sabes que se debe a la falta de un gen y a que su organismo no cuenta con las enzimas necesarias para metabolizar los carbohidratos.
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Evaluación nutricional del gato, lo que debes saber para cuidar su salud
La evaluación nutricional de los gatos es de gran importancia, debido a que de su alimentación depende su óptimo desarrollo. Una nutrición adecuada incrementa su calidad de vida y su longevidad. Entendiendo la calidad de vida como la reducción de la incidencia de enfermedades y la capacidad de mantener una vida activa acorde a la especie. Así mismo, una adecuada nutrición no solo servirá para prevenir enfermedades sino en muchos casos también ayudará en los tratamientos de las mismas.
La correcta alimentación va más allá de cumplir con los requerimientos nutricionales. Se deben considerar otros factores como la singularidad del animal, el manejo de su alimentación, factores ambientales, y por supuesto, la dieta.
Factores relacionados al animal: Son elementos específicos del animal, como la edad, la raza, el estado fisiológico, la actividad diaria que realice; las enfermedades que tenga, que pueden ser alergias o enfermedades sistémicas, que alteran la función normal de los órganos y la digestibilidad de los alimentos.
Manejo de la alimentación y factores ambientales: Son elementos dependientes del entorno y de la crianza del gato, como la frecuencia con la que es alimentado, el método, sí convive con otros animales y cuál es su relación con estos. Todo lo que sucede en su ambiente está asociado con su alimentación y por ende influye en su calidad de vida.
Factores relacionados a la dieta: Se refieren a la calidad de la alimentación y si esta cumple o no los requerimientos nutricionales que el gato necesita. La alimentación debe ser completa, es decir, que tenga todos los nutrientes presentes; debe ser balanceada, teniendo todos los nutrientes en las proporciones adecuadas, y debe ser digerible, suficiente y que el gato la coma con gusto.
Es importante revisar los requerimientos nutricionales de la especie y contrastarlo con los alimentos preparados comercialmente, eligiendo siempre la opción que más sea propicia según el individuo. Una gran cantidad de alimentos comerciales para gatos, favorecen el crecimiento, la reproducción y la salud del gato en condiciones normales.
Requerimientos nutricionales en gatos adultos según la NRC
Debe realizarse una evaluación nutricional por un veterinario al menos en las tres etapas principales de vida del gato; cuando este está en crecimiento, cuando es adulto y cuando es un adulto mayor. Y en momentos especiales como lactancia y gestación en las hembras y en etapas reproductivas activas en los machos. Así como en gatos enfermos, ya sea que la enfermedad este directamente relacionada a la nutrición o no.
Cualquier cambio en la vida del animal debe ser analizado para proveer una dieta óptima en cada caso, teniendo en cuenta que la apropiada alimentación del gato es diferente en cada etapa y debe ser analizado de manera individual. No hay una dieta correcta para todos los gatos, cada gato es diferente y por ende su correcta alimentación depende de factores que solo a él le corresponden.
La evaluación nutricional consta de un examen físico en el que se evalúa la salud del animal, su índice de masa corporal, su ambiente, su dieta, entre otras. En animales sanos que no presentan factores de riesgo, como son la lactancia y gestación; y cuando el veterinario no percibe ningún signo de alarma por parte del animal ni del ambiente, la evaluación se da por concluída.
Cuando por el contrario, se encuentran factores de riesgo que puedan afectar la alimentación del animal, el veterinario realiza una evaluación ampliada, con el fin de encontrar la causa que pueda estar afectando la nutrición del gato y a su vez, dar solución a esta, ya sea cambiando la dieta o modificando factores ambientales y de crianza.
La nutrición juega un papel relevante en el desarrollo de ciertas enfermedades en los gatos, por ejemplo un nivel óptimo de fósforo y proteínas previene enfermedades renales. Dietas con insuficiente proteína pueden causar anemia, pérdida de peso, atrofias musculares, problemas reproductivos, entre otras.
Hay que tener especial cuidado de las dietas hechas en casa. Las dietas basadas en pescado crudo, pueden inducir una deficiencia de tiamina, que puede llevar a la muerte del gato. De igual forma los gatos tienen requerimientos diferentes a los perros y no deben ser alimentados de manera similar a estos. Los gatos, a diferencia de los perros, necesitan fuentes dietéticas de vitamina A, ácido araquidónico y taurina; también requieren mayores cantidades de grasas y proteínas que los perros, así como del aminoácido arginina y las vitaminas niacina y piridoxina (vitamina B6). Siempre que se quiera alimentar a un gato con dieta casera, esta debe ser formulada y estructurada por un veterinario nutricionista.
Si estás interesado en realizarle una evaluación nutricional a tu gato, contáctanos y agenda ya un veterinario experto.
Y si no sabes cuál es el alimento correcto para tu mejor amigo, escríbenos y te asesoramos.
